Hay días de furia como hoy, en los que todo sale mal, sientes que el cielo se cae a pedazos encima de ti. Pero me ocurre algo mágico e inesperado, cuando siento flaquear mis piernas ya de cansancio y desesperación, me tomo de ti. Empiezo a recordar tu sonrisa, y tu carita, espontáneamente la fuerza viene a mi y me ayuda, a creer que aun que no te tendré más cariño, sigues siendo mi razón de vivir.
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