lunes, octubre 31, 2016

Mi fracaso: ser mujer.

Si he de contar algo sobresaliente de mi, es mi gran fracaso como mujer. Con forme pasan los años, me doy cuenta que no tengo éxito, cada día me hundo más y más, camino por este mundo sin rumbo, cambiando de sitio, de actividades. Traigo en mis tiliches mucha basura y tristezas acuesta. Según yo mi único propósito era ser feliz, buscar esa paz que mi alma y mi cabeza desean por muchos años. El año pasado emprendí un nuevo comienzo, cambie de residencia y tengo un nuevo anhelo. Llegue a baja california renovada, con mucha esperanza, con mucha fuerza, la cual hasta reventó mi corazón de nuevo, lo cual se resolvió y tuve mi intervención cardíaca. Después de esa nueva oportunidad de vida, aun tenia mucha fuerza para encontrar esa felicidad que necesitaba mi alma. Encontré un hombre bueno y solitario como yo, quien rápidamente se convirtió en mi mundo, mis brazos y mis sueños lo abrazaron tan fuertemente, me transformo. Ahí fue que acrecenté mi fracaso como mujer. Poco a poco mi fuerza se empezó a doblegar, me fui desvaneciendo de tal forma, que me convertí en una mujer vacía, sin anhelos, odiándome cada vez que me veo y me escucho. Yo lo amo, pero me he perdido, me comió como teseo y el minotauro; absorbido mi sonrisa, apago mi pasión con sus rechazos íntimos, mutilo mi escasa autoestima, con su duro juzgar, humilla mi esencia, queriéndola transformar en algo más. Como mujer no siento nada, es como ser un ser inerte gordo y sin sensaciones. Soy  por naturaleza una mujer estéril, fea y gorda, pero si he de acetar algo positivo, poco me molesto entender eso, pues acepte algún día que  dios por alguna razón me habían concebido así. Quizá algo especial había para mi,  hasta hoy solo he encontrado soledad en mi misma, llanto semanal y odio mensual, como cuando llega mi periodo y me reafirma que nací mujer y me he de joder.

martes, octubre 11, 2016

Perdiendo el calor.

Antes solía tener la capacidad de seducir, podía atraer a cuanto hombre deseaba. Mi cuerpo los complacía, mis palabras los volvía locos, mi pasión era como un polo de atracción. Mi calor era percibido al estar frente o enseguida de ellos, tan solo con sonreír. Todo era tan rico y seductor. No necesitaba caretas, ni vestimenta de prostituta, era solo mi esencia, mi cadencia. Aun con los años puedo recordar la exaltada respiración, sus ruidos personales, sus frases, los bruscos y acelerados movimientos, así como el sudor bañándome minuto a minuto. Que tiempos aquellos, todo estaba despierto en mi. Hoy soy un palmo de nada, mi cuero se muere por revivir esas sensaciones, el calor y la cadencia. No tengo mas pasión corriendo por mis poros. Mi compañero de vida, no siente nada al tocar mi cuerpo, no he encendido su llama con mis besos. Mis mordidas duelen, y mi cuerpo le pesa, mis caricias lo lastiman. El desea que yo sea alguien distinto. Mi ser no le es suficiente para apasionarse y desearme como lo deseo yo.