Estoy harta de llorar, de buscarlo, de pensarlo, de atenderlo. Estoy harta de sentirme culpable de cada uno de los momentos amargos de la relación. Estoy harta de ceder, de cada día hundirme más y más en la tristeza que me causa que no funcione. Estoy harta de las oportunidades, de las reconciliaciones. Pero estoy más harta de no poder dejarlo. Estoy, estoy... harta de mí, de mi debilidad por el.
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