HINES No adelataba su paso, ni se atemorizaba por el recuerdo, tan solo observaba. Ella corría con su retoño por la plaza, día seminublado domingo cualquiera en las aventuras familiares de su amor. El conjunto tocaba aquel danzón que traería a aquellos abrazos calidos y ritmicos de las piruetas en ese lejano pedazo de tierra. Con una enorme sonrisa acariciaba el paisaje, al ver el amor entre ellos juguetear con su retoño, el aire acarreaba la tranquilidad, respiraba plácida verlos felices, lo podia oler. El dolor no pintaba en ese segundo, la resignación venia poco a poco a sosegar su alma, era el corazon que recordaba.
1 comentario:
creeme que me sorprende ehh
ni sabia que tenias este blog...
y esta mashine
que noe muera la inspiracion, ni la capacidad de sorpresa.
saludos Ale :D
Oskarsson
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