Tengo frente a mí una estampita con tu imagen,
no recuerdo desde cuando la tengo, pero, te veo
con tu cabeza ensangrentada, por esa corona
llena de espinas y puedo pensar que debe ser
un dolor terrible como para estar tanto tiempo así.
Creo que ni uno de mis dolores se debe de semejar
al tuyo, cobarde me siento hasta de sentir mis pesares,
pues yo no sangro de la cabeza, pero si de mi corazon.
ni la desesperación que siento por no tener un solo peso,
ni por la tristeza que me da ver a mis perras sin poderles dar algo de comida,
ni por la insolencia de no escuchar a mis familiares que me decian
que no podría con esa carga,
ni por el deseo que tengo de ser madre y no poder,
ni por el hecho de no terminar mis estudios,
ni por la terquedad de seguir parada donde estoy,
ni por mi otra tristeza de no tener a nadie en esta ciudad que me saque
de un apuro,
etc, etc, etc.
Nada señor.. nada es comparado con el dolor que tu pasaste,
y que sigo viendo en esta estampita pegada frente a mí.
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