jueves, septiembre 11, 2008

Arboleda Final...


Recuerdo, cuando de pequeña me perdía en aquel patio viejo de villa de seris a jugar con los trapiadores y escobas de desecho. Pasaba la tarde imaginandome castillos hermosos entre la hojarazca , tomando té de lodo en esa cafetera de peltre que mi abuelita tiro al bote de basura un jueves cualquiera. Soñaba con principes apuestos, con cabello rubio quemado, como las escobas que representaban mi amor platónico, me sentía la reina apurando y ordenandole a las princesas como vestirse, haciendole aquellos peinados de molotes y broches de hojas de yucateco unas verdes y otras cafés. De todo eso recuerdo, cuando pizcaba toda aquella basura que me pudiera ayudar a tener mi casa de muñecas tan parecido a la realidad. Lo tuve, creo que nadie de mis siete años tenia lavatrastes de lamina enmohesido, pero con las puertas funcionales y un carro tipo campirano como un tractor de discos aparcado en el bosque encantado. Aquellos tiempos en el que la inocencia afloraba en la piel, podía llevar los sueños a la cotidianidad, así como ocultar todos los temores trás aquellas piedras y mezquites viejos de mi barrio querido Villa de Seris.

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