El amor me cala hasta la raíz del hueso. Me duele como cuando te duele la desesperanza. Camino sin rumbo, pensando y atormentando mis instintos más animales. El aire se queda atorado, en cualquier otro órgano, menos en los pulmones. Te amo, más que a cualquier otro sentimiento por mi misma, no tienes idea de lo que me duele aceptar que te perdí. Que jamás tendré la oportunidad de tocar tu piel, de escuchar tu respiración, menos saber a que huele tu aroma, tu ser. Aceptar que tu mirada se ha cerrado para mí, es infame. Pasa el invierno y regresa el verano, y se ha perdido todo.
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