el amor de mi vida.

La maldición la tengo puesta como un gran tatuaje en mi cien. Por más que quiero, deseo, sueño y trato no puedo salir de esta tristeza, Me cuesta mucho trabajo, salir diariamente al mundo a trabajar, a convivir con mis conocidos, presentar la mejor cara, una sonrisa amplia, Cuando por dentro tengo un traje pesado y oscuro que cargo día y noche, mi maldita tristeza, el poco consuelo que tengo hacia mi misma.  Lo quiero, lo extraño. Siempre me acompaña. es mi motor, aunque nunca llegue a saberlo, lo es. Antonio siempre será quien me mantenga en la tierra, mi historia, mi realidad, mi todo.