viernes, agosto 01, 2014

El sueño de la razón crea monstruos en la oscuridad.

La  sensación de quedarme flotando entre la nada, es maravilloso. Retener en mi respiración ese olor a sal, dejando que mi cuerpo se ilumine como las luciérnagas en la oscuridad. Convertirme en el aire que a bocanadas directas entre en tu sistema inmunológico. Es así el poder de ese tierno beso, que me hace florecer margaritas por los poros, inyectando fuego en las arterias, pues denotan el calor que provocas con solo imaginarte en esta noche de locura.


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